EL BAÑO: el ritual debe empezar con un baño calentito ( 37ºC) , ya que ejerce un efecto relajante en la mayoría de los niños. La mejor hora es entre las siete y ocho de la tarde.
EL MASAJE: después de un buen baño, es aconsejable un masaje relajante. Frota tus manos con una gota de aceite y acaricia la espalda con suavidad, realizando movimientos circulares desde el cuello del culito hasta los hombros. A continuación, colócalo bocarriba y masajea con los pulgares su carita.
LA CENA: tras el momento del masaje, toca la hora de la cena. La última comida del día debe realizarse en un ambiente tranquilo y sin televisión encendida. El bebé también agradecerá que le susurres algunas palabras tiernas.
MIEDO A LA OSCURIDAD: cuando se haga un poco más mayor es posible que tenga miedo a la oscuridad. Para tranquilizarte puedes decirle que su cama es mágica: se le puede poner una sábana de hadas y decirle que cuando se duerma podrá jugar con ellas.
A DORMIR: al principio, la ausencia de la mamá mientras duerme puede resultar angustiosa. Si es así, la mamá puede permanecer un ratito a su lado, mimándole, abrazándolo o contándole un cuento.
Alrededor de los 8 meses, el niño adquiere una mayor consciencia del mundo que le rodea y lo expresa con un cierto rechazo. Es lo que se conoce como “ansiedad por separación” y también se refleja en el sueño: para el bebé dormirse significa cortar el contacto con los papás.
Con el paso de los meses, los niños consiguen olvidar esta ansiedad con la ayuda de sus padres. La mamá y el papá tienen la obligación de acompañar al pequeño en la conciliación del sueño con suavidad, alternándose en su cuidado desde sus primeros días de vida, con el objetivo de acostumbrarle a la presencia de personas distintas y, de esta manera, reforzar su confianza.
En el primer año, y aún más en los primeros 4 meses, el bebé es vulnerable al SMLS (Síndrome de la Muerte Súbita). Este síndrome consiste en la muerte repentina e inesperada de un niño menor de un año aparentemente sano, y se llama así porque no se le encuentra ninguna explicación a la causa del fallecimiento. Esto se debe a la inmadurez del sistema nervioso que controla la función cardiorrespiratoria, pero suele estar precedida por una enfermedad cardiovascular previa (dilatación del corazón, una válvula dañada…)
La medida más importante, según los expertos, es que el bebé duerma bocarriba, sin peluches, sin protectores de cuna, sin almohada y sobre un colchón homologado.
La temperatura de la habitación del pequeño no debe superar los 20 grados. Esta recomendación se hace en invierno; en verano, lógicamente, lo más importante es que la habitación esté correctamente ventilada.
Para garantizar la comodidad del bebé, hay que cubrirle adecuadamente, con un pelele, un saco de dormir y una colcha que esté bien sujeta. Sin embargo, hay que evitar los edredones voluminosos que puedan cubrir la cara del bebé.